El strobing es una de las técnicas de maquillaje más populares de los últimos años y consiste en resaltar el rostro con puntos de luz estratégicos. Aunque muchas lo ven como una tendencia reciente, en realidad se trata de un recurso que los maquilladores profesionales han utilizado siempre, pero que ha ganado protagonismo gracias a marcas como MAC, Maybelline o L’Oréal, que lo han llevado al gran público.
Al igual que la famosa técnica del contouring en maquillaje, el strobing busca realzar la belleza natural con un efecto específico: en este caso, iluminar y suavizar los rasgos para conseguir un acabado fresco y radiante. A continuación, te explico qué es, cómo se aplica paso a paso, qué efecto consigue en el rostro y cuáles son los productos de iluminador más recomendados para dominar esta técnica.
¿Qué es el strobing en maquillaje?
El strobing es una técnica de maquillaje que consiste en iluminar de manera estratégica ciertas zonas del rostro para resaltar rasgos y aportar un aspecto fresco, natural y radiante. Su nombre proviene del inglés strobe light (destello de luz), lo que refleja perfectamente su objetivo: crear un efecto de luminosidad mediante el uso de iluminadores.
Origen y significado del término
Aunque muchas personas lo asocian a una moda reciente, el strobing es utilizado desde hace décadas. Los maquilladores profesionales utilizan iluminadores y correctores claros para dar dimensión al rostro y suavizar facciones. Sin embargo, fue a partir de la década de 2010 cuando grandes marcas como MAC, Maybelline o L’Oréal popularizaron el término y lanzaron productos específicos que lo convirtieron en tendencia.
De esta forma, lo que antes era una técnica más en el arsenal del maquillador, pasó a ser un concepto comercial reconocido en todo el mundo.
Diferencias entre strobing y contouring
Aunque suelen mencionarse juntos, se trata de técnicas con objetivos y resultados muy distintos.
- El strobing busca iluminar el rostro aplicando puntos de luz en zonas estratégicas como los pómulos, el arco de Cupido, la nariz o el lagrimal, con el fin de aportar frescura y un acabado radiante. En cambio, el contouring utiliza la combinación de tonos claros y oscuros para redefinir la estructura facial, marcando sombras que estilizan y afinan los rasgos.
- Los productos empleados también marcan una diferencia importante. Mientras que el strobing se apoya exclusivamente en iluminadores líquidos, en crema o en polvo, el contouring requiere correctores o bases oscuras además de tonos claros para crear contraste.
- Esto hace que el contouring sea una técnica más compleja, que demanda práctica y tiempo para difuminar bien, mientras que el strobing resulta más sencillo y rápido, incluso para quienes no tienen mucha experiencia en maquillaje.
- El acabado que se consigue con cada técnica también varía. El strobing proporciona un aspecto natural, juvenil y luminoso, ideal para maquillajes de día o looks más discretos. Por su parte, el contouring logra un rostro más definido y sofisticado, lo que lo convierte en una opción más adecuada para eventos de noche, sesiones de fotos o maquillajes profesionales.
- Incluso el tipo de piel influye: el strobing favorece a pieles normales o secas, ya que en pieles grasas puede resaltar brillos, mientras que el contouring es más versátil y se adapta mejor a distintos tipos de piel si se trabajan las texturas adecuadas.
¿Cuál es el efecto del strobing en el rostro?
Tiene como finalidad realzar la belleza natural mediante la luz. Su efecto principal es aportar frescura, luminosidad y un aspecto saludable a la piel, creando un acabado jugoso sin necesidad de recurrir a sombras oscuras o técnicas complejas. Bien aplicado, consigue que el rostro se vea más definido y equilibrado, pero con un resultado mucho más natural.
Zonas donde aplicar el iluminador
El éxito del strobing depende en gran medida de aplicar el iluminador en los puntos estratégicos del rostro. Entre las zonas más comunes destacan:
- Parte superior de los pómulos, para realzarlos y dar volumen.
- Hueso de las cejas, para levantar la mirada.
- Lagrimal, que aporta luminosidad y abre los ojos.
- Tabique y punta de la nariz, para estilizarla visualmente.
- Arco de Cupido, que resalta los labios.
- Barbilla y frente, para dar dimensión al rostro.
Estas áreas son las que captan la luz de manera natural y, al iluminarlas, se logra un efecto óptico de amplitud y vitalidad.
Correcciones que se pueden lograr con esta técnica
Además de aportar brillo, el strobing también puede corregir pequeños desequilibrios faciales. Por ejemplo:
- Incrementar la distancia entre los ojos aplicando luz en el lagrimal.
- Corregir ojos hundidos con un punto de luz en el párpado fijo.
- Aumentar la distancia entre la nariz y los labios iluminando el arco de Cupido.
- Suavizar un rostro redondo concentrando luz en frente, nariz y barbilla.
- Disimular mandíbulas angulosas aplicando iluminador en zonas estratégicas para suavizar líneas duras.
De esta manera, el strobing también actúa como una herramienta de visagismo, capaz de equilibrar las proporciones y aportar armonía al rostro.
Cómo aplicar el strobing paso a paso
El éxito depende del iluminador elegido, pero también de una correcta preparación de la piel y de saber adaptarlo al tipo de rostro. A continuación, te muestro los pasos esenciales para conseguir un acabado profesional y natural.
Preparación de la piel
Antes de aplicar cualquier producto, es fundamental preparar la piel. Una limpieza suave, seguida de hidratación y, si es necesario, un primer iluminador, ayudarán a que el maquillaje se adhiera mejor y dure más tiempo. Una piel bien cuidada potencia el efecto radiante del strobing, mientras que en una piel deshidratada o apagada el resultado puede ser poco uniforme.
Elección del iluminador adecuado
No todos los iluminadores funcionan igual en todos los tonos de piel. Para un acabado natural:
- Pieles claras: iluminadores en tonos champán, rosa perlado o nacarados.
- Pieles medias: dorados suaves, melocotón o tonos cálidos.
- Pieles oscuras: bronces intensos o dorados profundos.
Siempre es recomendable evitar fórmulas con purpurina gruesa o demasiado metálicas, ya que restan naturalidad al resultado.
Técnica de aplicación en adultos
La aplicación del strobing debe ser sutil y precisa. Con ayuda de una brocha pequeña, esponja o incluso los dedos, se deposita el iluminador en los puntos estratégicos del rostro: parte superior de los pómulos, hueso de las cejas, tabique nasal, arco de Cupido y barbilla.
El secreto está en difuminar bien para que la luz se integre con la piel y no queden líneas marcadas. Menos, es más: el efecto debe recordar a un brillo natural, no a un exceso de producto.
Adaptaciones en pieles grasas o maduras
El strobing puede realzar la belleza en todo tipo de pieles, pero conviene adaptarlo:
- Pieles grasas: aplicar poca cantidad y evitar zonas propensas a brillos como la frente o la nariz. Optar por fórmulas en polvo que matifican mejor.
- Pieles maduras: evitar aplicar en zonas con arrugas profundas, ya que la luz puede acentuarlas. Lo ideal es utilizar iluminadores líquidos de textura ligera y aplicarlos con suavidad en áreas lisas del rostro.
Con estas adaptaciones, el strobing mantiene su efecto fresco y luminoso sin comprometer la naturalidad en distintos tipos de piel.
Errores comunes y recomendaciones profesionales
Aunque es una técnica sencilla, es habitual cometer ciertos errores que pueden arruinar el resultado final. A continuación, te comparto las recomendaciones más importantes para conseguir un acabado natural y favorecedor.
Evitar el exceso de producto
Uno de los fallos más comunes es aplicar demasiado iluminador. El strobing debe aportar luz de forma sutil, no convertir la piel en un espejo. Lo ideal es empezar con poca cantidad e ir añadiendo progresivamente según la necesidad. Recuerda que la clave está en difuminar bien, para que el brillo se integre con la base de maquillaje y no quede como una mancha de producto.
Tipos de iluminadores poco recomendables
No todos los iluminadores son adecuados para esta técnica. Los que contienen purpurina gruesa o un efecto metálico intenso suelen dar un resultado artificial, sobre todo en maquillajes de día. Tampoco es recomendable abusar de texturas demasiado densas, ya que pueden marcar imperfecciones.
La mejor opción son los iluminadores de acabado satinado, con partículas finas que imiten la luz natural de la piel.
Consejos según tono y tipo de piel
El strobing debe adaptarse a cada piel para conseguir un efecto armónico:
- Piel clara: tonos champán, perla o rosados. Evitar dorados demasiado cálidos.
- Piel media: tonos melocotón o dorados suaves, que realzan la calidez natural.
- Piel oscura: tonos bronce y dorado profundo, que aportan luminosidad sin crear contraste artificial.
- Piel grasa: optar por fórmulas en polvo y evitar las zonas más propensas a brillos.
- Piel madura: mejor iluminadores líquidos o en crema, aplicados en áreas lisas para no resaltar arrugas.
Siguiendo estas recomendaciones, esta técnica de maquillaje se convierte en una herramienta muy versátil que realza la belleza natural sin exagerar ni perder naturalidad.

Productos de iluminador recomendados para la técnica del strobing
El iluminador es la pieza clave para conseguir un strobing perfecto. Existen diferentes formatos y acabados, cada uno con sus ventajas según el tipo de piel y el resultado deseado.
Iluminadores en polvo
Los iluminadores en polvo son ideales para pieles grasas o mixtas, ya que ayudan a controlar los brillos y ofrecen un acabado más aterciopelado. Se aplican fácilmente con brocha y permiten modular la intensidad.
Son perfectos para maquillajes de día o para quienes buscan un resultado ligero y natural. Un ejemplo muy apreciado son los Mineralize Skinfinish de MAC, disponibles en tonos como Soft & Gentle (bronce melocotón), Lightscapade (rosa perlado) o Cheeky Bronze (coral con destellos dorados).
Iluminadores en crema o líquidos
Los formatos líquidos y en crema proporcionan un acabado jugoso y radiante, perfecto para pieles secas o normales. Se integran mejor con la base de maquillaje y son más fáciles de difuminar con los dedos o una esponja.
Permiten un efecto más natural, como si la luz naciera de la propia piel. Productos icónicos como Touche Éclat de Yves Saint Laurent destacan en este grupo, ya que no iluminan a base de pigmentos, sino captando la luz natural para un acabado sutil y sofisticado.
Marcas y referencias destacadas
Algunas marcas han sido clave en la popularización del strobing gracias a su amplia gama de iluminadores:
- Jorge de la Garza: con acabados suaves y elegantes, perfectos para un brillo natural sin purpurina.
- MAC Cosmetics: pionera en la técnica, con una variedad de tonos que se adaptan a todos los tipos de piel.
- Yves Saint Laurent (Touche Éclat): un clásico del maquillaje profesional por su capacidad para iluminar y corregir al mismo tiempo.
- Maybelline y L’Oréal: opciones accesibles que ofrecen iluminadores versátiles para quienes buscan buenos resultados a precios más económicos.
La clave está en elegir el formato y el tono que mejor se adapten al tipo de piel y al efecto deseado, recordando siempre que en el strobing menos, es más.
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