Los iluminadores se han vuelto muy populares en los últimos años, a raíz de la pandemia. Tanto es así que todos los años se cuelan en el top de productos de maquillaje social y profesional más vendidos en el mundo.
Disponibles en una gran variedad de todos y texturas, se crearon para resaltar ciertas áreas del rostro y darle una apariencia más radiante y “jugosa”.
El iluminador se puede utilizar en cualquier tipo de piel, siempre y cuando se elija la textura y el tono adecuado para cada tipo y se aplique de manera apropiada. Por ello, en esta guía definitiva encontrarás todo lo necesario para sacarle partido a este producto tan demandando.
Iluminadores en polvo
Este tipo de iluminador se presenta en forma de polvo suelto o compacto y se utiliza para destacar las zonas altas del rostro, como los pómulos, el arco de Cupido y el hueso de la ceja. Es adecuado para pieles normales a grasas.
Antes de aplicar el iluminador en polvo, es importante que la piel esté limpia y libre de aceites o productos de cuidado de la piel.
Es importante seleccionar un pincel adecuado. Por ello, una brocha con cerdas suaves y densas es ideal para asegurarse de que el polvo se adhiera bien a la piel y se difumine adecuadamente. Una de las brochas más recomendadas es la que tiene forma de abanico.
Se debe tomar una pequeña cantidad de iluminador en polvo con el pincel y sacudir el exceso de polvo. A continuación, se debe aplicar el iluminador en los puntos que se deseen iluminar, como los pómulos, el arco de Cupido, el hueso de la ceja, la nariz y el mentón
Iluminador líquido
El iluminador líquido se aplica con los dedos o con una esponja y es ideal para las pieles secas o maduras. Proporciona un brillo natural y sutil a la piel y puede mezclarse con la base de maquillaje para un aspecto más uniforme.
Se debe tomar una pequeña cantidad de iluminador líquido en la yema del dedo o en un pincel de maquillaje, y aplicarlo en los puntos que se deseen iluminar. Después, se debe difuminar con cuidado con los dedos o con un pincel para asegurarse de que el producto se mezcle bien con la piel y no queden líneas visibles. Es importante trabajar el iluminador líquido con rapidez, ya que puede secarse rápidamente y dejar manchas.
Si deseas un look más intenso, puedes aplicar capas adicionales de iluminador líquido. Así, conseguirás un acabado mucho más potentes y brillante.
Iluminador en crema
El iluminador en crema es especialmente adecuado para las pieles secas y maduras, ya que su textura cremosa se mezcla bien con la piel y proporciona una hidratación adicional. Sin embargo, también puede ser utilizado en todo tipo de pieles, dependiendo de la preferencia personal y del acabado que se busque.
A diferencia del iluminador en polvo, los iluminadores en crema o bálsamo suelen ser más sutiles en su efecto. Pueden ser utilizados solos para lograr un aspecto más natural, o como base antes de aplicar el iluminador en polvo.
Puedes utilizarlo en las mismas zonas que el iluminador en polvo, pero con un toque más sutil. Para un aspecto natural, coge un poco de producto con el dedo anular y aplícalo suavemente en el tabique nasal, en la parte superior de los pómulos y en la nariz. Con esto lograrás un brillo que parece emanar desde dentro de la piel, dando un aspecto radiante y saludable.
Iluminador en stick
El iluminador en stick es fácil de aplicar y es muy conveniente para llevar en el bolso o para viajar. Tiene una textura cremosa que se desliza suavemente sobre la piel y proporciona un acabado luminoso y natural
Se puede aplicar directamente sobre la piel o después de la base de maquillaje. Puedes dibujar una línea fina sobre la zona que quieras iluminar y luego difuminarla con los dedos o con una brocha de maquillaje.
Se recomienda para pieles normales a secas. Además, es una buena opción para aquellos que desean un iluminador que no sea demasiado brillante o exagerado.
Gracias a la versatilidad del producto, el iluminador no debe faltar en el neceser de los amantes del maquillaje. Ideal para todo tipo de pieles, solo tienes que encontrar el tuyo.